Guillermo Martinez de 24 años, crea prótesis 3D para ayudar a gente sin recursos por todo el mundo.
Fuente:Business Insider España (Ana Muñoz de Frutos)
Guillermo Martínez es un superhéroe sin capa. De hecho, asegura que su gran sueño es ser Spiderman (que tampoco lleva este complemento en su traje).
Este joven de apenas 24 años comenzó un proyecto en 2017 llamado Ayúdame 3D, una iniciativa que consiste en el desarrollo y fabricación de prótesis realizadas mediante impresión 3D que envía a países en desarrollo y que distribuye de forma gratuita a las personas que más lo necesitan.
Creo la asociación Ayudamé 3D, comenzó de forma unipersonal, pero a día de hoy ya cuenta con un equipo de cuatro personas, y con una red de partners de distintas industrias (ONGs, colegios, orfanatos, personas anónimas) para poder llevar a cabo su objetivo.
Esta es su historia…
Guillermo tiene 24 años y es desarrollador de juguetes, pero su verdadera pasión es ayudar a los demás. Por eso montó Ayúdame 3D
Sale todos los días a las 18:00 de trabajar de Juguetrónica, una tienda madrileña especializada en el desarrollo y venta de juguetes.
Nada más terminar su jornada laboral, se pone manos a la obra con su verdadera pasión: Ayúdame 3D. Este proyecto desarrolla de forma gratuita prótesis 3D y las envía los países más desfavorecidos.
Todo empezó a principios de 2017, cuando se compró una impresora 3D china por 150 euros
Este ingeniero industrial siempre había sentido curiosidad por el mundo de la impresión 3D. Cuando se democratizó esta tecnología, se compró uno de estos equipos por 150 euros. “Aprendí a crear figuras viendo tutoriales de YouTube y en la universidad, pero el punto de inflexión fue cuando empecé a construir piezas para montar cosas más grandes”, explica.
Así, pasó de crear robots a fabricar manos. “Un día encontré el prototipo de una prótesis de una mano por Internet… y empecé ponerla en formas que me hacían gracia: pulgar hacia arriba, peineta, dada la vuelta, etc”, dice entre risas.
Fabricaba prótesis 3D por diversión pero pronto se dio cuenta que estos artilugios podían ayudar a alguien, aunque no tenía muchas esperanzas. “Me puse en contacto con un orfanato de Kenia, pero no creí que fuera a encontrar a alguien que le sirviera”, explica
“Empecé a fabricar muchas prótesis de manos impresas en 3D por diversión. Entonces pensé: ¿Y si esto puede ayudar a alguien? Yo ya tenía preparado un viaje a Kenia y se me ocurrió hablar con uno de la ONG Bamba Project y uno de los orfanatos que operan allí. No pensé que fuera a encontrar a nadie“, explica.
Pero no fue así. “Al día siguiente tenía 6 mensajes de WhatsApp pidiéndome prótesis”, dice
Sin embargo, a la mañana siguiente ya tenía 6 mensajes de WhatsApp pidiéndole prótesis. “Eran de cualquier parte de Kenia, a horas de viaje entre un sitio y otro“, destaca.
“Me puse a ello. Hice unas mejores según los tamaños y medidas que me decía la gente… y también un poco por intuición”
“Por fin voy a poder coger un tenedor con una mano y un pan con la otra”
“Por fin voy a poder coger un tenedor con una mano y un pan con la otra”, le dijo una de las personas que recibió una de las prótesis.
A Guille son precisamente esas cosas las que más le motivan: “Hay cosas cotidianas que tú haces en tu día a día y que no te das cuenta de la suerte que tienes. Para otros es una dificultad. Por eso creé Ayúdame 3D, para aportar mi granito de arena”
Pensó en fabricar las prótesis en Kenia, pero todo eran problemas
En Kenia los recursos son limitados. En este país, la mayoría de sus habitantes sobreviven con menos de un euro al día, y casi el 44% de sus ciudadanos se encuentran por debajo del umbral de pobreza, según los últimos informes disponibles. De hecho, en las zonas de pastoreo del norte del estado esa cifra sube hasta llegar al 95%.
“Siempre me he planteado fabricar las prótesis en Kenia —o en algún otro lugar donde hiciera el voluntariado— pero cuando fui allí vi que no era viable. Tendría que estar mucho más tiempo en el destino en cuestión para formar a alguien en impresión 3D. Además de que los materiales con los que se fabrican las prótesis no son fáciles de encontrar en estos países… eso por no hablar de que, en el caso de Kenia, hay cortes de luz todo el rato. La máquina la tengo al lado de mi cama y así es todo mucho más rápido y fácil, aunque la idea es crecer y llegar a más sitios”.
La mayor ventaja: sus prótesis solo cuestan 50 dólares
Concretamente, desarrolla aparatos articulados que permiten agarrar y sujetar objetos de hasta 10 kg. Están realizados en plástico y su mecanismo consiste en hilos tensores y gomas cuya combinación, en el momento del giro de la articulación natural de la persona, crean un movimiento prensil con los dedos de la prótesis.
Además, una de sus mayores ventajas es que sus prótesis solo cuestan 50 dólares.
“Fui allí, lo testeé y vi que las personas lo entendían al poco tiempo de usarlo. Me sentí genial. Yo pensaba acabar ahí, pero me gustó tanto la sensación de poder ayudar a los demás que decidí empezar mi proyecto Ayúdame3D“.
Para seguir ampliando su proyecto necesitaba financiación y comenzó una campaña de crowdfunding
“Abrí una web y luego un bote online para recibir microdonaciones. Allí mostraba al mundo lo que se podía hacer y cómo quería desarrollar este proyecto. Después, empecé a contactar con gente que pudiera ayudarme, como ONGs, inversores y medios”, explica.
Él sabía que tenía que moverse si quería seguir con su iniciativa, así que empezó a hablar con la prensa. “Cada vez me llegaban más emails pidiéndome prótesis 3D gracias al impulso de los medios de comunicación. A veces ni siquiera eran para ellos, sino para familiares o apadrinados que tenían“, destaca.
A día de hoy ya ha entregado más de 50 prótesis a gente de Kenia, El Salvador, Chad, Marruecos, Tanzania y varias ciudades de España
Su objetivo final es crear una red de gente con impresoras 3D por todo el mundo
De esta forma, las prótesis llegarían más rápido y de forma menos costosa.
Tiene varios proyectos paralelos entre manos, como Ayúdame 3D Kids, que forma a niños en nuevas tecnologías
Una de las divisiones de su proyecto es Ayúdame 3D Kids, donde enseña a niños impresión 3D. “Contactamos con colegios y damos a cada clase unos manuales para que se formen en nuevas tecnologías. En el primer nivel les enseñamos a fabricar llaveros con su nombre o con formas fáciles. Luego se va incrementando la dificultad hasta llegar a la prótesis. Una vez hecha, vamos a dar una charla para que sepan qué se va a hacer con esas manos 3D”, explica.
Todo se hace de forma altruista. “Estas cosas no son para ganar dinero”, destaca
“El dinero es necesario para financiar todo, por supuesto, pero el objetivo final es fomentar las nuevas tecnologías en los niños, así como las cooperaciones con las ONGs. Estas cosas no son para ganar dinero”, explica.
Ayúdame 3D ha cambiado la vida de tanta gente que ha recibido el premio del Foro Mundial de la Juventud
“No me lo esperaba. Es un foro que se realiza en Egipto y a mí me invitaron para estar en una mesa redonda sobre voluntariado tecnológico. El día anterior me dijeron que me iban a dar un premio y me pilló de sorpresa. Este tipo de cosas me dan mucha energía para continuar porque veo que la gente tiene fe en ello“.
“Si alguien quiere emprender, que no busque excusas”
Guille aconseja a todos aquellos que se estén planteando emprender que lo hagan sin buscar excusas: “Si tienes una idea hazla, sin importar si es perfecta o no. Ve probando y, si falla, vuélvelo a hacer hasta que des con la solución”.